La farmacia tiene que verse como un espacio de salud donde se ofrece una amplia variedad de servicios profesionales orientados a mejorar la calidad de vida de los pacientes y en la que se realiza una labor social.

FUENTE: Levante

El farmacéutico es una pieza clave dentro del sistema sanitario de salud debido a su profesionalidad y proximidad al paciente. Así, la farmacia ha de verse como un espacio de salud que ofrece una amplia variedad de servicios al paciente donde trabajan profesionales cuyo fin es el de mejorar la calidad de vida de la población.

En este sentido hay que seguir trabajando para cambiar la visión del farmacéutico, que ha pasado de centrarse en la dispensación de medicamentos a ofrecer una atención global y actuar como proveedor de salud. El farmacéutico desempeña un rol importante en la sociedad debido, en gran medida, a la labor social que desarrolla al pasar de “curar a cuidar al paciente”. Ésta labor engloba desde velar por el uso racional del medicamento a servicios más específicos como la atención farmacéutica domiciliaria, el control de la diabetes, el cribado del cáncer de colon, la indicación farmacéutica, la deshabituación tabáquica o la revisión de medicamentos, entre otras acciones. La aportación mediante los servicios profesionales farmacéuticos redunda en parámetros de salud y en un gran impacto de ahorro económico para la Administración pública.

Prueba de ello es que el consejo farmacéutico junto a las campañas de educación sanitaria difundidas suponen un ahorro de 1.700 millones de euros al año dentro del Sistema Sanitario, según datos del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos. Por lo que la labor del farmacéutico representa un importante ahorro dado que muchos de los ingresos hospitalarios se pueden evitar mediante las campañas sanitarias de prevención y detección de enfermedades que se realizan desde las oficinas de farmacia valencianas. Por ello, el farmacéutico desempeña en la actualidad un nuevo papel, en el que además de informar y comunicar también previene.

Aunque el sector sigue gravemente afectado por los daños colaterales de la crisis económica, vivida en los últimos años a través de los recortes, los farmacéuticos valencianos han conseguido que la eliminación del copago sea una realidad. Esta medida ha hecho posible que alrededor de 850.000 pensionistas y 136.000 personas con diversidad funcional continúen con la adherencia a sus tratamientos médicos y que se evite que estos colectivos tengan que pagar por los medicamentos así como por el material ortoprotésico. El constante esfuerzo de los farmacéuticos valencianos ha permitido, además del adelanto económico de la prestación farmacéutica que desde hace años realizan, que con un nuevo aporte económico añadido se financie también la subvención del copago, y hacer posible esta iniciativa mediante el desarrollo del mecanismo a través de la receta electrónica.

La sociedad actual avanza y solicita nuevos desafíos asistenciales. El paciente, por su parte, está cada vez más informado y demanda una prestación más completa e integral. Por ello el farmacéutico ha evolucionado hacia la atención global del paciente dentro del sistema nacional de salud a través de los servicios profesionales farmacéuticos, pero su contribución no sólo debe estar en el desarrollo de estos servicios sino que debe pasar por la integración de la farmacia comunitaria en el sistema de salud. La Administración debe apostar por el farmacéutico como profesional, y como tal integrarle en el sistema sanitario. El farmacéutico altamente preparado, trabaja en sinergia con el resto de profesionales sanitarios, sólo falta que el sistema cuente con él y le permita aportar sus conocimientos para el bien común de la sociedad.

 

Noticia completa en formato PDF

Farmacias abiertas y de urgencia más cercanas