“Los pies son el tercer mundo del cuerpo y muchas veces no les observamos lo que necesitan”. La afirmación la da Juan Carlos Montero, podólogo. El experto insiste en la importancia de examinar para evitar o tratar ciertos problemas médicos que a veces se dejan en un segundo plano. Uno de ellos son los juanetes, cuyo término técnico es hallux valgus: “Se trata de una deformidad en el pie que se caracteriza por la formación de una especie de protuberancia ósea a nivel del dedo gordo, que, al desviarse hacia los otros dedos, provoca que el hueso metatarsiano sobresalga hacia fuera”.

Así pues, “no deja de ser un proceso reumático y artrósico de degeneración de la articulación”, resume Montero. Sobre las causas concretas de este cuadro clínico, apunta las siguientes:

• Factores genéticos. “La herencia juega un papel muy importante. Si nuestros padres o abuelos han sufrido o sufren de juanetes, la predisposición a tenerlos va a ser mayor”, señala.
• Llevar un calzado inadecuado. Las personas que usan zapatos de tacón alto o con puntera estrecha que presiona un poco los dedos y lleva al gordo a adquirir una posición antinatural tienen más probabilidad de desarrollar a lo largo de su vida esta afección.
• La biomecánica o forma del pie. Un pie plano, por ejemplo, tiene más riesgo de sufrir este problema. Lo mismo ocurre con un pie pronado (que tiende a apoyarse hacia dentro al andar), pues “biomecánicamente genera una manera de caminar que hace que con el paso del tiempo pueda aparecer un juanete”.
• Lesiones en el pie, como traumatismos o accidentes.

A pesar de que los juanetes pueden surgir a cualquier edad, lo más probable es que empiece a desarrollarse entre los 40 y 50 años, cuando ya hay un desgaste en la articulación. “Eso no quita que, por ejemplo, un adolescente pueda sufrirlos”, insiste el podólogo.

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