Si planeas finalizar tu tratamiento con antidepresivos, asegúrate de hablar primero con tu médico para hacerlo de forma segura. Estos medicamentos requieren una reducción gradual de la dosis hasta que el cuerpo se adapte

Dejar de tomar antidepresivos una vez que te sientes mejor puede generarte beneficios físicos y mentales, que van desde una mayor estabilidad emocional sin dependencia farmacológica hasta un aumento de la energía y la claridad mental, así como la disminución de efectos negativos, como el aumento de peso y la pérdida de deseo sexual, que se dan por uso prolongado.

Sin embargo, esta es una decisión que no puedes tomar a la ligera y sin supervisión. Es fundamental contar con la vigilancia y orientación del médico o psiquiatra, ya que su interrupción abrupta puede causar reacciones adversas como el síndrome de abstinencia (irritabilidad, mareos y fatiga), molestias similares a la gripe y un mayor riesgo de que la condición tratada reaparezca.

Si te interesa suspender estos medicamentos, porque sientes que has recuperado tu bienestar emocional, porque deseas sentir más control de tus emociones de forma natural o por la razón que sea, informarte es un primer buen paso para una transición segura. Por eso, a continuación te ayudamos a descubrir cómo te beneficias, qué desafíos puedes enfrentar y qué debes considerar para que el proceso sea seguro.

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