¿Te sucede que te acuestas en la cama cansado, pero no logras calmar tus pensamientos? En cambio, el tiempo que quisieras estar dormido lo pasas dando vueltas y vueltas a preocupaciones, tareas pendientes, conversaciones… Es frustrante porque te levantas con la sensación de no haber descansado lo suficiente y el resto del día te sientes sin energía y somnoliento.
La solución puede ser algo más sencillo de lo que imaginas y no incluye tomar pastillas, sino adoptar un hábito poderoso que tiene más de dos mil años. Desde la filosofía estoica hemos heredado la práctica de la reflexión profunda que te ayudará a tener una mente más tranquila y mejorar tu descanso nocturno.
Un hábito que te ayudará a conseguir la paz de tus pensamientos
El estoicismo surgió en la antigua Grecia y, después de muchos años, aún podemos aprender de sus prácticas. Según esta filosofía, la paz interior proviene de controlar las reacciones ante aquello que está fuera de nuestro control.
Para lograrlo, los estoicos promovían la liberación de la mente y el control de los pensamientos a través de la “reflexión profunda”, que no es más que un examen o revisión del día que les ayudaba a aprender de lo importante y dejar ir aquello que no servía.
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