El mindfulness es un tipo de meditación que, aunque lo que pretende es desarrollar la atención y concentración, también puede ser muy útil cuando de irse a dormir se trata. Una técnica recomendada es la del escaneo corporal, que busca explorar las sensaciones de todo el cuerpo
El runrún que no deja dormir. Lejos de ser propicio para el sueño, el silencio es a menudo interrumpido por el ruido de los pensamientos. La rumiación que provocan la preocupación, la culpa, el miedo o la vergüenza por esta u otra cosa derivan entonces en insomnio, un trastorno que se calcula que sufre de forma crónica hasta un 15% de la población adulta, según la Sociedad Española de Neurología (SEN).
En su libro “El sufrimiento inútil”, el psiquiatra Javier García Campayo habla sobre el mindfulness, “un tipo de meditación que consistiría en estar en el momento presente haciéndose muy consciente de las sensaciones del cuerpo, por ejemplo, a través de su respiración o sonidos”, afirma. Esta “atención plena” se puede aplicar también a la hora de irse a la cama para evitar dar vueltas y vueltas sobre ella.
En este punto, el experto alude a la técnica del escaneo corporal, que se realiza en la cama y que se puede llevar a cabo en varios pasos:
- Una vez tumbado, es importante relajarse colocando las manos y los brazos a lo largo de todo el cuerpo y con las palmas hacia arriba. Las piernas también hay que estirarlas.
- Empezando por la cabeza, hay que explorar las sensaciones en todo el cuero cabelludo, desde la base del cuello hasta la frente, observando lenta y conscientemente todas las sensaciones en esa parte del cuerpo. Una vez que se llega a la frente, se baja hasta el resto de la cara, pasando por las cejas, los ojos, las orejas, la nariz, la boca, ambos lados de la cara y la mandíbula. Luego, la mente continúa bajando hasta la parte de alrededor del cuello, tanto delante como atrás; para después desplazar la atención hacia los hombros y otras partes del cuerpo: manos y brazos, pecho y abdomen, toda la longitud de la espalda, la cadera y, finalmente, las piernas y los pies.
- Es habitual que la atención se vaya, que la mente divague. “Es el funcionamiento natural de la mente, no es un problema”, aclara García Campayo en su libro, quien recomienda: “Toma consciencia de que es así y amablemente vuelve a llevar la atención a la parte del cuerpo que has nombrado”.
A pesar de que el objetivo habitual de esta práctica es el desarrollo de la atención, el psiquiatra destaca que al realizarse en la cama antes de dormir, lo que se persigue es dormir para evitar el insomnio.
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