Después de más de 30 años sin la enfermedad, España ha confirmado dos casos de peste porcina en dos jabalíes silvestres hallados muertos. Delimitar la importación de carnes de regiones donde el virus esté presente es una de las medidas necesarias para evitar la expansión del patógeno

La detección de dos casos de peste porcina africana en dos jabalíes silvestres hallados muertos el pasado viernes en los alrededores del campus de la Universidad Autónoma de Barcelona ha confirmado la vuelta de la enfermedad a España después de 32 años sin registrarse ninguna infección. Otros ocho ejemplares fallecidos también son sospechosos de haber sido contagiados por el virus.

La peste porcina africana está considerada como enfermedad de categoría A por la Unión Europea, por lo que los Estados miembros deben adoptar medidas para lograr su control y erradicación lo antes posible. Los expertos recuerdan que se trata de una patología no zoonosis, es decir, no afecta a los humanos. “Nosotros no tenemos receptores para este virus, no se replica en nuestras células”, explica a CuídatePlus José Antonio López Guerrero, director del grupo de Neurovirología del Departamento de Biología Molecular de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).

El experto detalla que la enfermedad está causada por un virus perteneciente a la familia Asfarviridae: “Es un virus de ADN que infecta a los cerdos, jabalíes y especies parecidas, como los facóqueros, en África”. Asimismo, indica que el patógeno se replica bien en, por ejemplo, las células que se encargan de proteger al pulmón y que los síntomas que causa son severos. “Los animales adelgazan, dejan de comer, pueden tener fiebre muy alta, convulsiones y, finalmente, fallecen”, comenta López Guerrero, quien añade que la enfermedad también se puede manifestar internamente a través de hemorragias, necrosis en órganos internos o daños en el sistema circulatorio. Eso sí, aclara, “no afecta al sistema nervioso, como sí lo haría la peste porcina clásica”.

Acerca del grado de mortalidad, este dependerá de la variante del virus. “La que circula ahora se identificó en 2007 en Georgia y luego se extendió a Armenia. Es muy virulenta y se transmite muy fácilmente. Tiene una alta seguridad biológica a la hora de trabajar con él en el laboratorio”, subraya.

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