La Navidad para muchas personas conlleva viajes y desplazamiento a otras localidades para celebrar las fechas señaladas en el calendario con familiares y amigos que viven en lugares más o menos lejanos, así como de cambios en la rutina habitual por vacaciones o interrupción de las clases y por intensificación de la vida social, con almuerzos y cenas frecuentemente fuera de casa y que se prolongan más de lo habitual.
Esto hace que algunas personas encuentren dificultad para mantener también sus hábitos de ejercicio físico “por ejemplo, el centro deportivo, el box de crossfit, que está en tendencia, o el lugar de encuentro para jugar un partido de pádel al que acudimos habitualmente está cerca del lugar de trabajo o de estudios y en estas fechas de vacaciones dejamos de acudir”, explica Noelia Belando, doctora en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, profesora titular e investigadora en la Universidad Europea de Madrid, además de coach y personal trainer.
El beneficio del descanso
Sin embargo, lo natural es que las personas que poseen una buena adherencia a la práctica físico-deportiva mantengan su nivel de actividad física durante las fiestas navideñas, ya que es algo inherente a su estilo de vida. Si bien, una persona no ve mermada su nivel de condición física y/o su destreza técnica en un deporte por unos pocos días sin entrenar, incluso puede ser “un descanso regenerativo” para “estructuras anatómicas activas” como son los músculos, tendones y ligamentos, sí es conveniente retomar pronto la práctica de ejercicio físico, precisa Miguel del Valle Soto, catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad de Oviedo y presidente de la Sociedad Española de Medicina del Deporte. Una buena idea es introducir durante el periodo navideño algún tipo de actividad física que puede ser distinta a la habitual pero que proporcione incluso un beneficio extra.
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