Científicos advierten de que dormir poco podría reducir la esperanza de vida más que otros hábitos clave para la salud.

El sueño suele ser el gran olvidado en nuestro estilo de vida. Entre el trabajo, las obligaciones familiares y el ocio, millones de personas sacrifican horas de descanso de forma habitual. Sin embargo, la ciencia vuelve a poner el foco en un mensaje claro: dormir bien no es opcional si queremos vivir más y mejor.

Un nuevo estudio advierte de que la falta de sueño tiene un mayor impacto en la esperanza de vida que otros factores tradicionalmente considerados esenciales para la salud, como la dieta, la actividad física o las relaciones sociales.

Publicado en la revista Sleep Advances, el trabajo pone de relieve que la urgencia de reconsiderar el sueño como un pilar fundamental de nuestra.

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