La UE asegura que la amenaza de las bacterias es «alarmante». Un nuevo informe revela más formas de resistencia a antibióticos como los que luchan contra la salmonelosis, la segunda enfermedad alimentaria más frecuente.

FUENTE: La Razón

La Unión Europea (UE) vuelve a lanzar la alerta: «Es alarmante la amenaza que representan las bacterias resistentes a antibióticos. Pone en peligro la salud de las personas y de los animales. Nos hemos esforzado en frenar su evolución pero no es suficiente, debemos ser más rápidos y fuertes para actuar en varios frentes», afirmó ayer el comisario europeo de Salud y Seguridad Alimentaria, Vytenis Andriukaitis, durante la presentación del último informe que ha realizado la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, en sus siglas en inglés) y el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC, en sus siglas en inglés).

Una de las principales conclusiones de este nuevo informe es que la bacteria «salmonella» ya presenta una multirresistencia alta a los antibióticos. Y es que la salmonelosis, el mal que causa esta bacteria, es la segunda enfermedad alimentaria más frecuente en nuestro continente. «Resulta preocupante que algunos tipos comunes en humanos, como la ‘‘Salmonella Typhimurium’’, presenta una resistencia a diferentes fármacos extremadamente alta», destacó Mike Catchpole, jefe científico del ECDC. Es un problema que saben que va a seguir creciendo y que ya es responsable de la muerte de 25.000 personas cada año en la UE.

«Nos enfrentamos a una guerra biológica y, por ahora, estamos perdiendo la primera batalla», sostiene José Miguel Cisneros, vicepresidente de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc). «Nuestro país es el primer país del mundo en consumo de antibióticos y también estamos en el primer puesto en su uso en animales», añade. Aunque el infectólogo no desdeña la importancia del problema de la salmonela, «tenemos un desafío mayor con otros tipos como las enterobacterias como la ‘‘Klebsiella Pneumoniae’’, responsable de enfermedades urinarias y respiratorias que antes se curaban fácilmente y ahora se han vuelto resistentes a los antibióticos que tenemos. Los hemos usado mal».

Cisneros plantea el verdadero problema: «Están muriendo en hospitales desarrollados el triple de personas que los que fallecen en carretera. La sociedad no está concienciada».

El informe europeo también recoge datos en los que se muestran que la resistencia a un antibiótico de último recurso como es la colistina también ha aumentado y no es capaz de controlar las infecciones de salmonela y ecoli en cerdos.

«Es necesario realizar cambios radicales en el uso de estos fármacos. Más del 40% de los españoles al menos han usado un antibiótico. Las acciones son insuficientes para la gravedad del problema», subraya José Manuel Izquierdo, miembro de la Junta de la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (Sefap). Y es que los españoles no sólo desconocen la diferencia entre virus y bacterias, sino que «mucha gente aprovecha restos de tratamientos anteriores para automedicarse. Se deberían dispensar sólo los comprimidos necesarios», añade el boticario.

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