Médicos y especialistas en endocrinología solicitan reconocer la obesidad como una enfermedad crónica, proporcionar tratamientos más adecuados y crear programas de prevención. 4 de marzo, Día Mundial de la Obesidad

Fuente: EFE Salud

Según la Organización Mundial del la Salud, la obesidad se ha triplicado desde 1975 en todo el mundo. En 2020, el 16 % de la población española padecía esta enfermedad, acorde a los datos del Ministerio de Sanidad.

La obesidad se trata de una enfermedad crónica de dimensión pandémica. Actualmente, más de la mitad de la población mundial tiene sobrepeso. En Europa, una de cada 5 personas.

En España, la prevalencia del sobrepeso es del 39,3 % en adultos y un 21,6 % de obesidad. Sin embargo, numerosos factores impiden un abordaje efectivo y multidisciplinar.

En el marco del Día Mundial de la Obesidad, la Sociedad Española de Endicronología y Nutrición (SEEN) ha lanzado una serie de advertencias sobre esta patología, así como recomendaciones y peticiones para el abordaje y tratamiento de la enfermedad.

Poco reconocimiento

La falta de reconocimiento por parte de la sociedad y los profesionales sanitarios es uno de los factores que imposibilitan el abordaje adecuado.

Según el estudio ACTION-IO, el 59 % de las personas con obesidad reconoce que es una enfermedad crónica y el 80 % cree que el tratamiento es responsabilidad suya.

Desde la asociación denuncian que muchos afectados tardan hasta 6 años en acudir a un profesional sanitario para solicitar un tratamiento.

Además, solo un 44 % de los pacientes recibe un diagnóstico de su médico y un 24 % tienen un seguimiento.

Esta falta de atención se debe principalmente a factores como la estigmatización, la falta de recursos, el difícil acceso económico al tratamiento farmacológico y las largas listas de espera para el tratamiento quirúrgico.

Por ello, los expertos piden que la obesidad se considere como una enfermedad crónica y se haga un abordaje multidisciplinar.

Asimismo, la SEEN cree que es necesario realizar un plan estratégico de prevención, diagnóstico y tratamiento y recuerda que el origen de la obesidad es complejo y multifactorial.

La actividad física, la mejor prevención

La genética, el estrés y el sedentarismo son algunas de las causas que pueden producir esta enfermedad.

Los sanitarios explican que un tratamiento adecuado de la obesidad puede prevenir la incidencia del cáncer, la mortalidad general, problemas cardiovasculares y remitir la diabetes.

De igual forma, la actividad física y el seguimiento de una dieta variada y equilibrada son claves para prevenir la obesidad.

Por este motivo, desde la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición proponen involucrar a las consejerías de sanidad y a las diferentes instituciones para promocionar la salud y la creación de un ambiente más saludable.

Además, la asociación pone a disposición de la atención primaria una guía de abordaje integral de la obesidad para facilitar la atención de los pacientes.

Su propósito es promover un mayor conocimiento y comprensión de esta enfermedad para mejorar el acceso al tratamiento y terminar con los estigmas.

Principales recomendaciones

La alta prevalencia, el placer que puede suponer la comida, las presiones estéticas, los bulos y las pseudociencias suponen un reto para el abordaje sanitario.

Por otro lado, muchos profesionales carecen de formación sobre alimentación saludable y hay una enorme escasez de equipos multidisciplinares que sepan tratar esta enfermedad.

Sin embargo, la prevención es el mejor tratamiento.

Desde el equipo médico de Melio.es, plataforma online de análisis de sangre, lanzan cuatro recomendaciones para evitar la obesidad:

  • No pases hambre: realiza cinco comidas al día para evitar atracones y limitar picoteos. Elige tentempiés saludables y saciantes como frutos secos, productos lácteos y frutas.
  • Aumenta el consumo de fruta: las frutas aportan vitaminas y minerales indispensables para el funcionamiento del organismo. Asimismo, son ricas en fibra y agua, por lo que favorecen la hidratación y la regulación del apetito.
  • Aumenta la actividad física: comienza progresivamente con pequeños retos para mantenerte activo. Cambia pequeños hábitos como usar el coche y cámbialos por un paseo. Poco a poco podrás ir aumentando el tiempo e introduciendo más actividad.
  • Revisa tu salud: realiza revisiones periódicas de análisis de sangre para determinar la existencia de dislipemia, diabetes u otras enfermedades.
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