Sus dificultades en la comunicación, interacción social e inflexibilidad pueden afectar a su salud, tanto física como mental. Llevar a cabo unos hábitos saludables puede ayudarles a minimizar el impacto de estas dificultades.

Fuente: 20 Minutos

En España se calcula que hay unas 450.000 personas que tienen un Trastorno del Espectro Autista (TEA), una de cada 100. Aunque el espectro es muy grande y hay mucha diversidad en cuanto a grado de afectación y discapacidad, todos ellos tienen una serie de características comunes, como dificultades en la comunicación e interacción social e inflexibilidad del pensamiento y de la conducta. Esto puede afectar a afectar a su salud, tanto física como mental. Adoptar una serie de hábitos saludables puede ayudarles a minimizar el impacto de estas dificultades en su calidad de vida. Los expertos en TEA de Fundación Orange, responsables de la iniciativa #juntoalautismo, destacan cuáles de estos hábitos son especialmente trascendentales para las personas dentro del espectro.

Rutinas sí, pero diversificando las actividades

Debido a su rigidez cognitiva, las personas con autismo necesitan rutinas, realizar siempre -o casi siempre- las mismas tareas. La rutina les aporta una seguridad y un orden que necesitan para saber a que atenerse y evitar el estrés y la ansiedad. Sin embargo, ser demasiado rutinario también puede volverse en su contra, acentuar su inflexibilidad y dificultar así su desarrollo. Para evitarlo, debemos, por un lado, ofrecerles alternativas diferentes, como “combinar actividades de interior con otras al aire libre para ampliar el repertorio de actividades a realizar y poder descubrir intereses nuevos con los que disfrutar”, afirman desde la Fundación Orange. Además, siempre que se lo anticipemos, también podemos ‘romper’ su rutina de vez en cuando para favorecer su flexibilidad.

Ejercitar la mente a diario

Ejercitar la mente a diario es recomendable para todo el mundo, pero más aún si cabe para las personas son autismo, que tienen en muchos casos dificultades de aprendizaje. Por eso es importante, que además de las tareas académicas, lleven a cabo a diario algún tipo de actividad que les ayude a entrenar su mente para mantener habilidades adquiridas y desarrollar nuevas habilidades que favorezcan su independencia. Una buena forma de ejercitar la mente, es a través de aplicaciones en móviles o tabletas. En la actualidad, existe un gran número de apps y soluciones tecnológicas especialmente diseñadas para favorecer el aprendizaje en las personas con autismo, como las que recomiendan desde Fundación Orange o Appy austism.

Realizar actividad física

Tan importante como la actividad intelectual es la física, pues el ejercicio tiene múltiples beneficios para el bienestar físico y mental. Uno de ellos, por ejemplo, es que les ayuda a dormir mejor, pues a menudo las personas con TEA tienen que convivir con problemas de insomnio. En cuanto al deporte a elegir, al menos al principio, lo más recomendable es optar modalidades deportivas individuales en lugar de deportes de equipo o de competición, pero es importante que realicen actividades en las que compartan espacio con otras personas para fomentar y favorecer sus habilidades sociales. Desde Autismo España recomiendan que las actividades físicas para personas dentro de TEA:

  • Se adapten a su edad, capacidad física y sus intereses.
  • Que sea una actividad cotidiana, regular, incluso diaria.
  • Que se adapte el entorno a sus necesidades con pictogramas, accesibilidad física y cognitiva, acompañamiento si lo requiere, etc.
  • En algunos casos puede ser necesario que la persona acceda regularmente a servicios de fisioterapia especializada.

Una dieta saludable adaptada a sus gustos y necesidades

En no pocas ocasiones, las personas con autismo tienen problemas para llevar una dieta equilibrada por varios motivos: puede tener problemas de ansiedad por la comida, la rigidez muchas veces les lleva a resistirse a probar alimentos nuevos, puede tener hipersensibilidad de ciertas texturas o sabores… Esto hace que a veces su dieta sea muy poco variada y estén en riesgo de padecer sobrepeso o incluso falta de algún nutriente. Para que esto no ocurra, es importante garantizar que las personas con TEA lleven una alimentación adecuada que les proporcione los nutrientes necesarios. Para conseguirlo, además de evitar o limitar, como en cualquier persona, alimentos perjudiciales, como los ultraprocesados o los alimentos muy ríos en azúcar o grasas saturadas, debemos adaptar la dieta a sus gustos y a las texturas que mejor tolere. En algunos casos, será necesaria la supervisión de un profesional para conseguirlo.

Herramientas que faciliten la comunicación de su malestar

Debido a sus problemas de comunicación y lenguaje, a las personas con TEA les suele costar expresar cómo se sienten, tanto física como emocionalmente, y necesitan apoyos específicos para hacerlo. Para ello es importante que cuenten con sistemas aumentativos de comunicación adaptados a sus necesidades. Estos sistemas, como nos recuerdan desde la Fundación Orange, “suelen ser formas de expresión basadas en la imagen, en los gestos o en los mismos objetos y el contexto”, como pictogramas, fotografías, apps… cualquier método que haga más “accesible el proceso de comunicación para las personas con TEA y facilite la conversación sobre sus emociones y sentimientos”.

Enseñarles habilidades de autorregulación

La ansiedad es mucho más frecuente en las personas con autismo, una ansiedad que a veces puede desencadenar en las temidas crisis. El detonante de estas crisis de ansiedad suele ser en muchas ocasiones, la sobre exposición a estímulos o la sobrecarga sensorial. Para prevenirlas, hay que dotar a la persona con TEA de herramientas, por un lado, de autoconocimiento (que sean conscientes de qué situaciones las desencadenan), y, por otro, de relajación. En casa o en el lugar de estudios, por ejemplo, puede ser útil, crear un espacio de relajación con objetos o ambientes que favorezcan la serenidad, como botes de la calma, decoración con pocos estímulos y colores relajantes, pelotas antiestrés, una colchoneta, globos, pomperos, etc.

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