Las causas son desconocidas, pero se cree que puede estar relacionado con la exposición a la luz y la oscuridad.

Fuente: 20 Minutos

Desde hace tiempo, se sabe que los niños tienen más probabilidades de adquirir sobrepeso u obesidad durante el verano. Las causas de este fenómeno incluyen cambios en la rutina de actividad física y en la dieta durante esta época.

No obstante, un estudio publicado por varias universidades estadounidenses en el medio científico Frontiers in Physiology ha encontrado otra causa, mucho más sorprendente, de esta tendencia: los niños crecen más despacio durante las vacaciones de verano que durante el resto del año escolar.

Un patrón estacional

El motivo matemático por el que un patrón estacional de crecimiento 8en altura) impacta en el riesgo de sufrir obesidad en determinadas épocas del año es, en realidad, bastante sencilla. El índice de masa corporal (IMC), que hoy por hoy es el principal sistema para medir el sobrepeso y la obesidad, es la razón entre el peso corporal y la altura del individuo en metros cuadrados. Es decir, que un crecimiento vertical más rápido se traduce en una tendencia a que el valor disminuya y viceversa.

Por el contrario, si la ganancia de peso es más consistente a lo largo del año, es natural que un IMC que aumenta lo haga más rápido al disminuir la velocidad del crecimiento vertical. En un IMC que tiende a disminuir, un crecimiento vertical más lento hará que ese descenso se ralentice.

La conclusión de que el crecimiento vertical de los niños tiende a ralentizarse durante el verano, en cualquier caso, parte de un reanálisis de un estudio que los mismos autores finalizaron en el año 2013, en el que realizaron un seguimiento del crecimiento vertical y del IMC de un grupo de niños a intervalos de seis meses durante cinco años.

Causas desconocidas

Los autores señalan que la estacionalidad del crecimiento en vertical es pronunciada. Las causas de este patrón, no obstante, no están claras.

Una hipótesis es que las demandas del colegio alteren la exposición de los niños a los ciclos de luz y oscuridad. Para comprobar si esta podría ser la razón, sugieren que se practiquen más estudios con alumnos que estén escolarizados durante todo el año.

Lo que sí aclaran es que los niños que tienen un mayor riesgo de padecer obesidad o sobrepeso tienen un menor impacto estacional en el IMC de la población en conjunto, por lo que los resultados de esta investigación no deberían disuadir de tomar medidas frente a la obesidad durante la totalidad del año.

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