Existen una serie de recomendaciones que debemos tener en cuenta. No solamente para no quemarnos la piel hoy, si no para no tener problemas graves de salud en un futuro.

Fuente: El Mundo

Faltan todavía unas semanas para que el verano comience de manera oficial, pero la subida de las temperaturas y el aumento de horas de luz propias de la primavera han sido más que suficientes para que buena parte de los españoles salgan corriendo a llenar playas y piscinas. Todo para darse el primer chapuzón de la temporada y tratar de cazar los primeros rayos del sol, lo que sea con tal de coger algo de color y ser la envidia de todos en la oficina.

Pero tomar el sol no es algo exento de peligros, y es que antes de exponernos al astro rey existen una serie de recomendaciones que debemos tener en cuenta. No solamente para no quemarnos la piel hoy, si no para no tener problemas graves de salud en un futuro.

LA RADIACIÓN SOLAR

Aunque no la vemos, la radiación solar existe y viaja desde la propia estrella hasta la superficie de la tierra. Está compuesta por tres tipos de radiación ultravioleta (UV), que atendiendo a su longitud de onda reciben el nombre de rayos UV-A, UV-B y UV-C, además de por los rayos infrarrojos.

  • UV-A. Es la radiación mayoritaria, concretamente supone el 95% de la radiación ultravioleta que incide en nuestra piel. No es la más dañina, pero puede provocar alteraciones en la piel como envejecimiento prematuro, arrugas o manchas.
  • UV-B. Es la radiación que nos quema la piel, la responsable de las quemaduras solares cuando nos pasamos tomando el sol o no aplicamos la protección solar adecuada sobre nuestra piel.
  • UV-C. Es, sin duda, la radiación más perjudicial para el ser humano, pero por suerte no llega a traspasar la atmósfera y por tanto no alcanza la superficie terrestre.
  • Rayos infrarrojos. Son un tipo de radiación que ni quema ni broncea, solo nos da calor. Exponernos a ellos tampoco tiene consecuencias graves para los seres humanos.

OJO CON EL MELANOMA

De todos los tipos de cáncer de piel, el melanoma es sin duda el más peligroso. Y el principal factor de riesgo para que aparezca es la exposición excesiva a la radiación solar, a esos rayos UV-A y UV-B que tienen la capacidad de provocar alteraciones en la estructura de nuestro ADN.

Solo en España, cada año se diagnostican cinco mil nuevos casos de melanoma, más de 13 casos nuevos cada día. La mayoría de ellos en personas de entre 40 y 70 años. Prevenirlo está en nuestra mano.

LA IMPORTANCIA DE CONSULTAR EL ÍNDICE UV

Lo habitual cuando vamos a pasar un día en la playa es que consultemos la previsión meteorológica: temperatura máxima, mínima, pronóstico... Olvidándonos de consultar un valor importantísimo, el índice UV. Un valor que va del 0 al 11 y que en la mayoría de aplicaciones de telefonía y páginas web aparece desglosado por horas, diciéndonos en cada momento cuánta radiación dañina del sol está llegando a la superficie de la tierra. Conocer este valor es fundamental para poder así decidir qué tipo de protección aplicarnos y si es buen momento para tomar el sol o no. Por ejemplo, puede ocurrir que al llegar a la playa no veamos el sol porque el cielo está totalmente cubierto, pensemos que no es necesario aplicarnos protector solar porque el sol no está visible pero a pesar de ello el índice UV sea muy alto y acabemos quemándonos.

LA ESCALA DEL ÍNDICE UV

  • Riesgo bajo. Valor 0, 1 y 2. Generalmente son los valores que tenemos en verano a primera hora del día y a última. Pasear al sol en este momento es algo totalmente seguro.
  • Riesgo moderado. Valores 3, 4 y 5. En verano no es raro que a las 11 de la mañana ya tengamos un índice ultravioleta de 3 o 4. Aquí la crema de protección solar ya es imprescindible si no nos la hemos puesto aún, y se recomienda además el uso de gorro y gafas de sol.
  • Riesgo alto. Valor 6 y 7. Si nuestro teléfono nos dice que el índice UV está en estos valores, debemos tener precaución: estamos llegando al momento límite de estar expuestos al sol aunque llevemos puesta la crema de protección solar.
  • Riesgo muy alto. Valores 8, 9 y 10. A partir de un índice de 8, ya no solo estaríamos hablando de fotoprotección si no que hablaríamos de fotoevitación. Es el momento de ponernos bajo la sombrilla o, mejor aún, de abandonar la playa y quedarnos a la sombra.
  • Riesgo extremo. Valor 11. ¿Pero todavía en la playa? Hace por lo menos tres puntos que debías haberte marchado.
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