Aunque tanto las pesadillas como los terrores nocturnos no son plato de buen gusto para nadie y pueden causar trastornos del sueño, no son exactamente iguales

Aunque tener de vez en cuando alguna que otra pesadilla es perfectamente normal, existen personas que sufren episodios de gritos y movimientos agitados, como sacudidas o golpes acompañados de un miedo intenso, que reciben el nombre de terrores nocturnos. Los cuales, por lo general, duran entre unos pocos segundos y algunos minutos y comienzan mientras aún estamos dormidos.

En ese sentido, tanto las pesadillas como los terrores nocturnos forman parte de un grupo de trastornos del sueño denominados parasomnias. Dichos trastornos se pueden clasificar por la presencia de experiencias indeseables durante el sueño o durante las transiciones entre el sueño y la vigilia. En ellas se incluyen: sonambulismo, orinarse en la cama (enuresis del sueño) o hablar dormido (somniloquio). Aunque son similares y, a menudo, se confunden, existen diferencias clave entre ellos.

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