En la Europa occidental la rigidez de los clichés nutricionales provoca una lenta inclusión de bichos en nuestra gastronomía. Pero degustar una ración de chapulines resulta igual de fortificante que una de caracoles

Ya es posible acudir a restaurantes en cuya carta incluyan entre sus platos estrella la ensalada con polvo de larvas de escarabajo, el grillo frito o el revuelto de larvas de gusano. ¿Sorprendido? ¿Se decantaría por alguno de ellos u optaría mejor por platos que contengan cerdo, ternera, pollo, pescado o marisco?

En nuestro país empiezan a proliferar negocios de hostelería en los que uno se puede encontrar estos productos 'exóticos'. Madrid, Barcelona o Salamanca cuentan con algunos de los principales. Y si lo que se quiere es cocinarlos en casa, hay grandes superficies que venden derivados de los bichos autorizados por las agencias reguladoras, como las harinas, o incluso barritas energéticas que los incluyen como un ingrediente más.

Noticia completa en El Mundo.

 

Farmacias abiertas y de urgencia más cercanas