El pasado lunes muchos ciudadanos se vieron sorprendidos por el apagón masivo fuera de su domicilio y, en muchos de ellos en sus edificios de oficinas. Quien más y quien menos tuvo que hacer un ejercicio físico que normalmente deja en manos del ascensor. Subir o bajar escaleras, así como caminar se convirtió durante un día en el deporte estrella entre los ciudadanos. Y es que este hábito cotidiano, muchas veces subestimado, podría tener un impacto significativo en la salud cardiovascular.
Una investigación presentada en el pasado congreso ESC Preventive Cardiology destaca que esta opción sencilla y al alcance de todos podría ser clave para prevenir muchos problemas cardiacos. El estudio analizó si subir y bajar escaleras puede contribuir a reducir el riesgo de enfermedades del corazón y de muerte prematura.
El equipo de investigadores realizó un metaanálisis de nueve estudios, con un total de 480.479 participantes, entre los que se incluían personas sanas y otras con antecedentes de infarto o enfermedad arterial periférica, con edades comprendidas entre los 35 y los 84 años, y una representación femenina del 53 %. Los estudios analizados no distinguieron el número de tramos ni la velocidad de subida. En comparación con quienes no subían escaleras, aquellos que lo hacían mostraron una reducción del 24 % en el riesgo de mortalidad por cualquier causa y un 39 % menos de probabilidades de morir por enfermedades cardiovasculares.
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