El ligamento cruzado anterior es una de las lesiones más temidas en el fútbol masculino, pero afecta mucho más a las mujeres futbolistas. Un traumatólogo deportivo explica por qué son significativamente más propensas a sufrirlas

Tere Abelleira, jugadora del Real Madrid y la Selección Española, se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda en febrero y fue operada con éxito en marzo. Sin embargo, se ha perdido el final de la temporada porque esta lesión requiere un tiempo de recuperación bastante prolongado.

La lesión del ligamento cruzado anterior (LCA), que es una de las más habituales en el mundo deportivo, es especialmente frecuente en el fútbol y mucho más en las mujeres futbolistas. ¿Por qué? Se debe a una combinación de diversos factores, tal y como apunta José Reina, especialista en Traumatología y Cirugía Ortopédica del Hospital Universitario Hospiten Rambla.

Este ligamento, situado en el interior de la articulación de la rodilla, es un haz de fibras colágenas que discurre entre el fémur y la tibia en sentido oblicuo. Su función es muy importante porque constituye el principal freno al desplazamiento anterior de la tibia y limita la rotación de este hueso, así como la angulación externa e interna de la rodilla (desviación de su alineación normal) cuando está completamente estirada.

De los cuatro ligamentos más importantes de la rodilla, que conectan el fémur con la tibia, el LCA es el que se lesiona con mayor frecuencia. Y lo que es más relevante: se trata de lesiones cuya recuperación es larga y compleja.

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