Para la mayoría, la pandemia del COVID-19 es un recuerdo que sigue fresco en la memoria: el alto número de contagios, la cuarentena o el uso de mascarillas fueron algunas de los realidades que marcaron esos días. Gracias a la vacunación, el riesgo para la salud pública de este virus ha disminuido. Pero, lo cierto es que no ha desaparecido del todo y ha mutado en diversas cepas.
Una de ellas es la nueva variante NB.1.8.1, clasificada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una «variante bajo vigilancia y de bajo riesgo», según un informe de su Grupo Asesor Técnico sobre Evolución del Virus (TAG-VE). Exploremos qué quieren decir con ello.
Origen de la nueva variante NB.1.8.1La variante NB.1.8.1 deriva de la variante SARS-CoV-2, específicamente de la XDV.1.5.1. La muestra más antigua de ella es del 22 de enero de 2025. Si bien es cierto que en el informe de la OMS no detallan su origen geográfico, sí señalan que ha aumentado su presencia alrededor del mundo.
En la semana del 31 de marzo al 6 de abril de 2025, la variante NB.1.8.1 representaba el 2,5 % del total de las variantes globales de SARS-CoV-2. Pero del 21 al 27 de abril de 2025 aumentó al 10.7 %. Asimismo, se precisa que incrementó su presencia, en ese periodo, en la región de las Américas (del 1.6 % al 4.9 %), en Europa (del 1.0 % al 6.0 %) y en la región del Pacífico Occidental (del 8.9 % al 11.7 %).
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