El sedentarismo es uno de los factores de riesgo menos visibles, pero más comunes, en las enfermedades del suelo pélvico. La inactividad física, sumada a posturas que favorecen la presión intraabdominal, debilitan su musculatura, disminuyen su capacidad para sostener los órganos internos y da lugar a condiciones como la incontinencia urinaria y el prolapso de órganos pélvicos.
Si bien los síntomas no siempre son evidentes en sus primeras etapas, con el tiempo se pueden presentar escapes de orina, urgencia urinaria, dolor pélvico y disfunciones sexuales que afectan la calidad de vida. Por ello, si pasas mucho tiempo frente al ordenador o si permaneces sentado por estudios o costumbre, y el ejercicio no es parte de tu rutina, es fundamental que le prestes atención.
Conocer cuáles son sus consecuencias y saber cómo prevenir sus efectos sobre tu salud pélvica es el primer paso para evitar complicaciones futuras, mantener tu bienestar y recuperar el control sobre esta parte tan importante de tu cuerpo.
Impacto del estilo de vida sedentario sobre el suelo pélvico
Para muchas personas, el estilo de vida actual implica permanecer sentados durante largos periodos frente al ordenador o, bien, revisando el móvil. Los trabajos de oficina, el teletrabajo, la exposición constante al estrés, el multitasking y el poco tiempo libre han dado lugar a un aumento alarmante de sedentarismo.
A la par, ha incrementado la incidencia de varios problemas de salud, entre los cuales se destaca la disfunción del suelo pélvico. Sucede que, debido a las posturas adquiridas al estar sentados —como estar encorvados o demasiado relajados—, los músculos profundos de la pelvis no se activan como deberían y tienden a debilitarse con el paso del tiempo.
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