Si eres de los que acostumbra a comer con afán, es momento de prestar atención. Este hábito, aunque común, tiene efectos negativos en tu salud digestiva, tu peso y metabolismo

Comer rápido y masticar mal los alimentos no siempre causa efectos inmediatos. Sin embargo, suele asociarse a digestiones lentas, sensación de pesadez, riesgo de sobrepeso y mayor tendencia a desarrollar enfermedades metabólicas, como obesidad, diabetes e hipertensión.

La masticación, aunque puede parecer un proceso automático, requiere concentración, tiempo y consciencia. Si bien tal vez lo ignoras, esta representa un paso esencial para una digestión eficiente. Y es que al triturar bien la comida no solo estás facilitando el trabajo del estómago, sino que activas enzimas presentes en la saliva que inician la descomposición de los nutrientes desde la boca.

¿Te ha pasado que terminas de comer y al rato sientes hambre otra vez o te sientes hinchado? No es casualidad. Si no estás prestando atención a este hábito alimentario, lo más probable es que tenga relación con esos síntomas inusuales. Por eso, en esta oportunidad te contamos por qué las ingestas apuradas son perjudiciales y qué hacer para corregirlas.

1. Dificultades digestivas

Los efectos más comunes de comer rápido se perciben a nivel digestivo. Cuando no masticas bien los alimentos, estos llegan al estómago en trozos grandes, lo que complica su descomposición. Como el sistema digestivo debe esforzarse más de lo habitual, el vaciado gástrico se ralentiza, aumenta la fermentación de los alimentos, puede producirse un exceso de ácido y se ve afectada la correcta absorción de nutrientes.

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