Las heces están cargadas de microorganismos y algunos puedes ser muy patógenos como algunas cepas de Escherichia coli que pueden resultar muy virulentas y causar incluso septicemia, es decir, una infección generalizada de la sangre, o Cryptosporidium, una bacteria que puede causar molestias gastrointestinales y es capaz de resistir incluso hasta siete días aún en agua clorada, según explica Manuel Viso, hematólogo, jefe de servicio de Urgencias del Hospital San Rafael en A Coruña y divulgador científico.
Decenas de piscinas públicas han tenido que ser ya cerradas en estas últimas semanas por presencia de heces, situación asociada a un reto viral en las redes sociales.
Las heces pueden contener bacterias de la flora propia de una persona sana, pero también patógenas de una persona con una infección pero que esté asintomática y por tanto ignore su presencia. La entrada en contacto con estos agentes patógenos puede causar molestias en cualquier persona, pero los riesgos aumentan en caso de niños, embarazadas, ancianos o con el sistema inmunitario debilitado.
Cuando una persona se contagia por haber entrado en contacto con heces que presentaban este tipo de virus y bacterias puede presentar problemas gastrointestinales, con vómitos y diarrea, un cuadro autolimitado que puede desaparecer en tres o cuatro días pero también puede derivar en colitis más severas, problemas de mala absorción e incluso desencadena una infección que pase a la sangre, lo cual ya es una complicación mayor, explica el doctor Viso. "Es necesario que quien comete un acto de este tipo sepa que le puede estar entorpeciendo mucho la vida a otras personas, sobre todo, a determinados colectivos más vulnerables", recalca.
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