En algunos puntos de la península ibérica, la calidad del aire ha llegado a situarse entre las peores del planeta.

Son varios los incendios que están arrasando las montañas de Galicia, Extremadura, Castilla y León o Asturias, pero sus efectos no se limitan a las zonas devastadas por el fuego. El humo que generan los incendios forestales puede desplazarse a cientos de kilómetros, extendiendo una nube invisible de contaminación que pone en riesgo la salud incluso de quienes no ven ni huelen las llamas desde su hogar.

En los últimos días, diferentes estaciones de control atmosférico han registrado niveles de contaminación que superan hasta 40 veces los valores de referencia recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). En algunos puntos de la península, la calidad del aire ha llegado a situarse entre las peores del planeta, equiparando una jornada normal en la calle con inhalar el humo de varios cigarrillos.

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