Caminar es uno de los gestos más cotidianos de nuestra vida y por eso no solemos fijarnos en cómo lo hacemos. Sin embargo, un simple ajuste en la forma de andar podría aliviar la artrosis de rodilla, frenar su avance y esquivar esta dolorosa enfermedad si es que aún no la padecemos.
Así lo sugiere un estudio publicado recientemente en The Lancet Rheumatology, que apunta a que modificar la orientación del pie al dar pasos puede aliviar el dolor de la osteoartritis e incluso ralentizar su progresión con una eficacia comparable a la de los medicamentos habituales, pero sin sus efectos secundarios.
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