La escalada es una de las habilidades de supervivencia que tenemos los seres humanos. En épocas ancestrales, trepar árboles, rocas o montañas era la manera de buscar alimento, protección o nuevos territorios. Con el tiempo, esa necesidad básica se transformó en una disciplina, en la que la fuerza, el equilibrio y la estrategia se unen para desafiar el cuerpo y la mente. ¿Por qué su popularidad?
Ascender formaciones rocosas, paredes naturales o muros artificiales implica trabajar casi todos los grupos musculares. Desde la modalidad principiante hasta la avanzada, exige fuerza articular, estabilidad del core y mucha coordinación. Además, implica estrategia, concentración y superación, lo que le confiere beneficios que van más allá de lo físico.
¿Qué es la escalada? Modalidades para todos
Escalar no es solo subir una pared. Como práctica deportiva consiste en superar recorridos trazados en paredes de gimnasio o en rocas al aire libre. Ofrece distintas modalidades, cada una con un desafío particular. Puede ir desde trabajar la técnica en movimientos cortos, hasta alcanzar alturas que requieren más resistencia y estrategia.
En todos sus niveles requiere concentración, destreza y fuerza, pero están pensados tanto para principiantes como para escaladores más experimentados. Algunas de las formas comunes de practicarla son las siguientes:
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