¿Has notado que tu piel suele estar más reseca o con manchas después del verano? No eres la única. Los días de sol en la playa, las tardes en la piscina llena de cloro, los paseos sin protección solar y hasta la mala alimentación son factores que terminan apagando el cutis y dejando pequeñas marcas que aceleran el envejecimiento prematuro.
Y aunque es normal broncearnos un poco en el verano, nuestra piel guarda memoria de los daños causados por la exposición solar y necesita de cuidados extra para recuperarse. Si deseas comenzar a cuidar más de tu rostro, con los siguientes hábitos puedes devolverle la luminosidad y disfrutar del otoño con un cutis sano y radiante.
1. Hidrata la piel en profundidad
Durante los meses de verano, la barrera cutánea suele verse comprometida debido a diferentes factores, y más aún en personas que no se aplican nada en el rostro. Las altas temperaturas, la radiación solar, el cloro de la piscina, la sal del mar y la contaminación ambiental resecan la piel y la dejan tirante, enrojecida, manchada y sin brillo.
Comienza invirtiendo en un jabón facial acorde a tu tipo de piel. Opta por fórmulas con ingredientes como ácido hialurónico y aloe vera, y aléjate de productos con alcohol y fragancias fuertes. Luego, con la piel limpia, aplícate una crema antiarrugas o hidratante que te ayude a reparar y proteger la piel.
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