Los efectos de dormir con la televisión encendida van más allá de una cuenta de luz alta. La exposición a las pantallas antes de dormir altera procesos claves del cuerpo que reducen la calidad del descanso. El resultado es un sueño insuficiente, bajos niveles de melatonina, días más estresantes y mayores riesgos de problemas de salud.
Y ojo, aunque quedarte dormido una noche viendo una película no hará un mayor daño, cuando este hábito se convierte en costumbre sí es muy perjudicial. Al principio puede parecer que la tele es la “compañía perfecta”, pero con el tiempo el sueño pierde calidad, ya que tu cerebro no logra desconectarse del todo y tener un descanso reparador.
Lo que ocurre en el cerebro cuando duermes con la TV encendida
Todos alguna vez nos hemos quedado dormidos viendo una película, pero para muchas personas esa escena se repite cada noche. El problema es que, para lograr un sueño profundo, el cerebro necesita entre siete y ocho horas de descanso en un espacio oscuro, silencioso y cómodo. Algo imposible de lograr con una comedia de fondo.
Cuando en lugar de apagar la televisión caemos en lo que los expertos llaman la “visualización procrastinadora” (esa costumbre de ver un episodio más antes de dormir), el cerebro se sobreestimula. ¿El resultado? Tardamos más en dormirnos, no logramos descansar bien, al despertar estamos estresados y aumenta el cansancio físico y emocional.
Al dormir con la tele encendida, la luz azul de la pantalla le hace creer al cerebro que aún es de día, lo que frena la producción de melatonina, la hormona del sueño. Por su parte, los ruidos de fondo mantienen la mente alerta e impiden llegar a las fases profundas del sueño, donde el cuerpo recupera energía, repara sus tejidos, fortalece el sistema inmune y consolida la memoria.
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