La principal razón por la que muchas personas se animan a participar en un coro es meramente lúdica: por el puro placer de cantar. Sin embargo, esta afición también puede tener efectos terapéuticos en quienes padecen enfermedades respiratorias caracterizadas por la disnea o falta de aire, que es un síntoma que causa mucha angustia y estrés, y cuyo manejo dista de ser el adecuado en buena parte de los casos.
Últimamente han aumentado las evidencias de que el canto contribuye a mejorar la respiración, hasta el punto de que esta terapia musical se ofrece de forma reglada en diversas instituciones. Un estudio presentado en el Congreso de la Sociedad Respiratoria Europea, que se celebra en Ámsterdam, aporta nuevas pruebas de sus beneficios en pacientes con dos grandes grupos de patologías: la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y las enfermedades pulmonares intersticiales.
La EPOC abarca tanto el enfisema pulmonar como la bronquitis crónica y se caracteriza por un estrechamiento persistente de las vías respiratorias. El tabaco es su principal causa.
Las enfermedades pulmonares intersticiales, también conocidas como enfermedades pulmonares parenquimatosas difusas, surgen por el daño de las células que rodean los alvéolos, causando inflamación y fibrosis en los pulmones. Dentro de este grupo se han descrito más de 300 enfermedades, entre las que se encuentran la sarcoidosis, la fibrosis pulmonar idiopática y la neumonitis por hipersensibilidad.
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