Los cuerpos lampiños como parte del canon de belleza se remontan a miles de años; sin embargo, a comienzos de siglo XX este se extendió y se popularizó en especial en Occidente. La presión social, cultural y familiar se hace presente en la necesidad estética de la depilación en niñas y adolescentes.
Con los primeros signos de la menarquia, los pelos aparecen en zonas que quedarán a la vista con faldas, blusas o trajes de baño. Será inevitable y natural la exigencia de niñas y adolescentes de querer eliminar esas notorias molestias.
Toca a los padres plantear el tema con amplitud y orientar la mejor decisión frente a la primera depilación, una costumbre que las acompañará en adelante. Sigue leyendo para saber cómo prepararse, cuándo y qué método resulta más apropiado.
Consejos antes de la primera depilación
El cuidado de la apariencia es determinante a la hora de decidir la depilación, aunque hay otras razones de peso que impulsan la medida. Entre ellas, es sabido que eliminar vellos minimiza la acumulación de malos olores.
No obstante, frente a un estilo de piel que parece padecer «vellofobia» impuesto por los modelos sexualizados de cine, televisión y redes sociales, son pertinentes algunas advertencias. Por ejemplo, que el vello púbico al ser eliminado por completo ofrece más posibilidades de irritaciones e infecciones y exige mejores hábitos de higiene.
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