Estudios científicos muestran que el excesivo uso del teléfono en el retrete está asociado a lesiones en el ano, pinzamientos, problemas de circulación y a la contaminación microbiana del dispositivo

Parece un hábito inofensivo, pero podría tener consecuencias en la salud. Distintos estudios publicados en los últimos años evidencian vínculos claros entre el uso de los teléfonos móviles durante las deposiciones y problemas como las hemorroides, fisuras, además de riesgos relacionados con los millones de microbios que viajan en la superficie de los dispositivos. Pasar demasiado tiempo haciendo scroll en el retrete no es inocuo.

Uno de los hallazgos más contundentes proviene de una investigación recientemente publicada en PLOS One. En el estudio, liderado por el gastroenterólogo Chethan Ramprasad, un grupo de 125 adultos fue evaluado durante una colonoscopia y respondieron sobre el uso del smartphone en el baño. “La lectura, durante muchas generaciones, se ha utilizado para relajar la mente al defecar. Queríamos ver si pasaba algo similar con los teléfonos inteligentes”, sostiene el experto. Según sus datos, el 37% de quienes usan el móvil en el baño pasaba más de cinco minutos sentado, frente al 7% de los que no.

Tras analizar datos como la edad, dieta y actividad física, los investigadores del Beth Israel Deaconess Medical Center (EE UU) descubrieron que quienes usan el móvil tienen un 46% más de riesgo de presentar hemorroides que quienes no lo usaban. “Los teléfonos inteligentes en sí mismos no son los causantes de las hemorroides, pero provocan un comportamiento que aumenta el riesgo de tenerlas”, sentencia.

Noticia completa en El País.

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