Los expertos advierten del aumento del riesgo entre quienes siguen dietas vegetarianas o veganas, así como entre mujeres embarazadas o en período de lactancia, dado que en estas etapas la necesidad de yodo es mayor

El yodo es un elemento químico esencial para el funcionamiento adecuado del cuerpo humano. Es indispensable para la síntesis de las hormonas tiroideas, fundamentales en procesos vitales como el metabolismo, el crecimiento corporal y el desarrollo neurológico y cognitivas normales.

La doctora Silvia González Martínez, vocal del Comité Gestor del Área de Tiroides de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), explica que la falta de este elemento puede acarrear trastornos relevantes como el bocio, la formación de nódulos tiroideos y diversas disfunciones del tiroides: «Los casos más graves se producen en las primeras etapas de la vida cuando la deficiencia de yodo puede afectar al crecimiento y al desarrollo neurológico de los niños», ha alertado.

González Martínez ha subrayado que «algunos estudios recientes evidencian un importante descenso del consumo de yodo en Europa», una tendencia que preocupa especialmente a los especialistas en endocrinología. En este contexto, la SEEN ha puesto en marcha la campaña divulgativa en redes sociales titulada Que sea poca… pero que sea yodada, con el propósito de concienciar sobre la importancia de consumir sal yodada como medida preventiva básica.

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